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RESUMEN DEL LIBRO ÉTICA DE LA EMPRESA: Claves para una nueva cultura empresarial, By: Adela Cortina.

  • Foto del escritor: LEIDY FERNANDA CARO ROMERO
    LEIDY FERNANDA CARO ROMERO
  • 18 nov 2020
  • 12 Min. de lectura

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Ética de la empresa es un libro maravilloso escrito por Adela Cortina, filósofa española, ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor, Ética de los negocios y las Organizaciones Empresariales. En este libro Adela Cortina brinda una idea detallada del concepto de ética y como esta relacionada con el mundo empresarial y las actividades humanas.


Inicia dándonos un recorrido por la importancia de la empresa en la época moderna, la producción y los servicios que radican en ese concepto del capitalismo, de ahí parte el interés por conocer como el ser humano desarrolla sus actividades empresariales desde todas las ramas del conocimiento. En primera instancia la empresa se plantea como un quehacer moral que involucra analizar de manera global la empresa, desde sus objetivos económicos hasta el desarrollo humano y el bien moral; la empresa como elemento representativo en la economía debe centrar su desarrollo en toma de decisiones optimas con enfoques morales y organizatorio que logren unificar el concepto hacia lo real y la cotidianidad.


La ética se define como un tipo de saber que orienta la acción hacia un saber practico en un sentido racional, es obrar racionalmente a diferencia de los saberes teóricos, su objetivo es conseguir de la vida lo mas posible, y para ello debemos organizar nuestra vida, tener definido que queremos, adonde deseamos llegar y cuales son nuestras metas. Estos conceptos se remontan a los orígenes de la ética occidental en Grecia hacia el siglo IV A. C con énfasis en lo teórico y práctico.


Existen dos modos de saber ético para orientar racionalmente la acción, el primer modo es la forja del carácter que involucra la toma de decisiones prudentes, allí se especifica el origen de la ética del griego Ethos que significa carácter o modo de ser y la moral del latino Mos que significa de igual forma carácter o modo de ser. Estos dos conceptos significan lo mismo y se habla en conjunto de valores morales, éticos o normas. El temperamento, carácter y la libertad se toman como actitudes de cambio y diferenciación en ser aplicados desde la toma decisiones. Como parte de ese carácter que vamos adquiriendo es importante evaluar cual es la meta que queremos alcanzar con nuestro actuar, cual es ese fin que perseguimos, a través del modelo de actuar y las metas intermedias y valores para alcanzar los objetivos, es importante incorporar a nuestra conducta esos modos de actuar de forma que no nos veamos obligados a hacer esfuerzos a futuro.


Los hábitos se definen como los modos de actuar asumidos para obrar en el sentido deseado y que a través de la repetición lo incorporamos en el carácter, esto no significa convertirnos en autómatas en donde siempre se elige lo mismo sin innovar y adaptarse, se plantean dos características indispensables en la vida humana, la capacidad de adaptación y la creatividad y en especial a la creatividad. Quien tiene presente los fines y sabe ordenar los objetivos sabrá adaptar los nuevos medios e imaginar nuevos y quien se cegué a vivir de normas y reglamentes y solo utilicé medios conocidos será incapaz de innovar y crear nuevas cosas.


En relación a lo anterior podemos decir que la ética es un tipo de saber practico, el cual se ocupa de averiguar cuál debe ser ese fin de nuestras acciones, para de esta manera decidir qué hábitos se deben asumir, como debemos organizar nuestras metas intermedias, cuáles serán esos valores por los que debemos orientarnos y que carácter incorporar para la toma de decisiones correctas.


Cuando hablamos de carácter se suele pensar en el de las personas sin tener en cuenta también a organizaciones que adquieren unos hábitos y terminan por incorporar un carácter, el cual es percibido tanto por sus miembros como por personas externas. En cuanto a las personas, ese saber ético las orienta para crear un carácter que las haga felices. La felicidad es ese fin último que persiguen. Existe un concepto erróneo de felicidad en nuestra sociedad, dado por el bienestar de tener un cuerpo en forma, comprar bienes de consumo, alcanzar una perfección profesional, entre otras actividades que buscan la felicidad de una manera diferente. Por otra parte, en las organizaciones no podemos enfocar ese fin hacia la felicidad teniendo en cuenta que todos los miembros sienten y reciben de manera desigual la felicidad, aquí se habla de que cada una de las organizaciones tienen una meta, y a partir de esta es que se trabaja como un fin social y todos sus miembros se esfuerzan por alcanzarla.


Existe una homogenización de las actividades y las organizaciones cuando se pierden esos fines específicos y las organizaciones pierden su sentido y su rumbo, en relación a esto se reclama el derecho a la diferencia y así dejar a un lado ese afán de poder y dinero que termina cambiando los objetivos internos de la empresa. Como resultado a esto pues tenemos una sociedad desmoralizada, baja de forma y moral, débil e incapaz de responder a los retos vitales con gallardía. A partir de esto, se hace necesario entonces remoralizar la sociedad.


Una organización actúa de manera ética cuando persigue inteligentemente sus metas y respeta los valores y derechos de la sociedad que lo rodea, obra de manera prudente y justa. Alrededor de esa moral crítica y el derecho positivo actúan aspectos como los del derecho que es ese conjunto de leyes promulgadas de forma legítima y el incumplimiento de esos procedimientos legítimos y exigibles por parte de la autoridad puede haber derecho injusto. Es muy importante distinguir el derecho positivo que está vigente en un país y una moral critica universal que desde los criterios morales de justicia puede cuestionar normas vigentes.


La ética y la moral han acompañado al hombre desde sus comienzos, todas las civilizaciones se han preguntado cómo llevar una buena ida siendo justos y las respuestas son infinitas. Como fin de dar respuesta a esta pregunta se ha propuesto la idea del hombre estructuralmente moral, el eudemonismo, el hedonismo, el kantismo y la ética del dialogo. Finalmente, en el primer capitulo Adela cortina nos involucra en el campo de los tipos de racionalidad, allí encontramos una racionalidad prudencial, calculadora, práctica y comunicativa que brindan un mayor análisis de las cuestiones morales y filosóficas.


Como primera aproximación a la ética cívica, Pedro Laín Entralgo un médico y filósofo español definió en el año de 1978 la ética cívica, poco después de que se estipulara la constitución española de este año la cual proclamaba una libertad religiosa, el caracterizo la ética cívica como esa expresión en donde sin importar creencia se debe colaborar a la perfección de los grupos sociales a los que pertenezcan ya sea una entidad, nación o territorio. Antes de que esta fuera promulgada la constitución, España era considerada un estado confesional es decir que se adhiere a una religión específica y se reflejaba precisamente en su legislación en la constitución del país.


En aquella época había una situación compleja entre los creyentes y no creyentes, por un lado, se estipulaba que todos los hombres están dotados de una razón natural que les permite tener conciencia de las obligaciones morales y por otro lado no había un fundamento por el que fuera obligatorio cumplir esos deberes y por ende no se sentía confiado en una moral.


La idea de los mínimos de una ética cívica con valores como la libertad, igualdad y solidaridad, nace con individuos autónomos desde la ilustración y hace referencia a que somos capaces de decidir por cuenta propia como se desea ser feliz y de igual forma imponernos nuestras propias leyes. Los hombres pasan a convertirse en ciudadanos donde nadie puede imponerles un ideal de felicidad y en razón a esto cualquier decisión que vaya ser tomada en la comunidad pues debe tener su aprobación, ósea no se puede hacer sin su consentimiento.


La ética empresarial en el marco de la ética cívica reúne el ideal de que no es posible una cívica sin una ética empresarial junto con la función de criticar por inmoral el comportamiento de personas e instituciones que violan los mínimos y el diseño de un esfuerzo conjunto de las instituciones y organizaciones de nuestra sociedad. A partir de esto nacen los conceptos o referentes normativos que pondrían limite a esas conductas deshonestas, los cuales son el derecho que hace referencia a la legalidad vigente y la religión enfocada hacia los creyentes.


En cuanto a la complementación entre moral y derecho se dice que las leyes son insuficientes para que una sociedad sea justa, y por ende no garantizan que una empresa funcione de manera justa, deben ser complementadas por una ética de la empresa. Existen casos donde estas leyes por ejemplo no protegen todos los derechos que están dentro de esa moral cívica o critica como veíamos con anterioridad, hay comportamiento que no son justos y no se actúa en los tiempos adecuados para sacar una reforma legal por esto mismo se dice que la ética en muchas de estas cuestiones se anticipa al derecho.


Para la ética económica y la ética empresarial se parte desde el concepto de economía que involucra el marco económico con un instinto de capitalismo, a partir de esto se plantean tres expresiones conectadas entre sí, las cuales son: la ética económica, la ética empresarial y la ética de los negocios. La economía como concepto que reúne actividades de producción e intercambio en un ámbito autónomo esta ligado a unas leyes propias que lo caracterizan con racionalización social, libertad, expansión del mercado y una racionalidad económica social moderna que lo expande a nivel global.


La racionalización social capitalista y empresa moderna limita al capitalismo y a la vida empresarial en un cumulo de procesos, en especial un proceso de racionalización social capitalismo con dimensión ética que da un nuevo enfoque de la cultura revitalizadora de componentes morales y el fortalecimiento de las virtudes morales. La transformación del capitalismo viene dada desde el concepto de empresario Burgués, donde el espíritu capitalista se transforma en un espíritu de empresa con afán de lucro y un espíritu burgués con prudencia reflexiva, calculadora y racional.


El protestantismo pragmático evidenciado con Franklin impulsaba el salir adelante a través de medios como la laboriosidad y la astucia y como nueva mentalidad económica y practica se dieron influencias en el calvinismo, la Escolástica Hispana y la relevancia en el origen y desarrollo del capitalismo. Los principios de utilidad llegan con la ética utilitarista propuesta por Bentham y Mill donde las acciones útiles para satisfacer necesidades y el concepto de universalización y racionalidad eran propios de la organización capitalista. El modelo ecológico nos indica la relación entre la Oikonomía con la utilización de los bienes domésticos y la Crematística con la adquisición y mayor abundancia de recursos.


El concepto de empresa a través de la historia ha evolucionado desde la concepción de los pequeños artesanos y empresarios en el campo comercial hasta un concepto aún más amplio que lleva a la empresa a prestar una mayor importancia a la capacidad intelectual de sus colaboradores junto con las herramientas de un desarrollo tecnológico. El quehacer del ser humano en el mundo está condicionado por la sociedad donde interactúa, y de esto hace parte la acción empresarial que se llegado a regir por la racionalidad estratégica; y en relación a la ética, la empresa se ha prevista en un conflicto de interés debido a que la ética se atiende a la racionalidad comunicativa, con esta idea inicia Adela Cortina dando una introducción a esa Ética de la empresa como objeto de estudio.


El empresario ha generado desconfianza hacia la ética, la empresa se ha arraigado al ideal de que para hacer negocio debe olvidarse de la ética común, teniendo en cuenta su maximización de beneficio genera sus propias reglas y crea la ética a libre albedrío, priorizando el negocio como fuente de poder y prestigió. Al analizar esta relación entre la ética y la empresa se llega a la pregunta de si la sociedad al reclamar una ética en los negocios está refiriéndose a una necesidad. En una sociedad donde priman las clases se encuentran los trabajadores del saber ocupados de las ideas y los trabajadores de los servicios que se ocupan de las personas y las metodologías de trabajo, a pesar de los ideales planteados con la eficacia en la empresa, estos terminan convirtiéndose en el centro de conflicto para la ética. Establecer un modelo de orden ético con aplicaciones morales y racionales aplicadas a la actividad empresarial es importante para definir el sentido y el fin de estas actividades y así proponer orientaciones y valores morales para alcanzarlo.


Para definir la ética empresarial Adela Cortina en este libro parte de la concepción textual histórica de la ética como un modo de resolver moralmente conflictos de acción, las relaciones externas e internas entre personas y empresa, un desarrollo organizativo y la concreción de una ética cívica teniendo en cuenta la empresa desmoralizada y la carencia de proyectos. En el marco de caracterizar la ética empresarial, este libro nos referencia la ética empresarial como la actividad humana con finalidad social donde las actitudes necesarias para alcanzar las metas se conviertes en actitudes morales donde cada miembro de la empresa aporta en la actividad empresarial de manera cívica.


En la empresa es importante desarrollar un campo ético inmerso en la responsabilidad y la toma de decisiones asertivas, la figura del directivo ha tomado gran relevancia en los últimos años, el directivo no solo está encargada de gestionar, dar solución con decisiones, sino que debe reflejar un espíritu de liderazgo con una conducta ejemplar, un modo de actuar que incluye el carácter en el desarrollo de las actividades profesionales determinadas por un comportamiento valioso.


Como factor humano en la empresa se evalúan unos niveles de acción empresarial, la transformación de la cultura empresarial, la empresa como espacio ético de innovación, cooperación y justicia, la complementariedad de lo personal y lo institucional y por último un proyecto integral de empresa.


Los rasgos determinantes de la identidad ética del directivo generan un aspecto humanamente sencillo a partir de rasgos de una ética de la dirección en una sociedad abierta y compleja, para especificar la profesión y la vocación en un ethos laboral se considera que una profesión es una actividad ocupacional institucionalizada donde se presta un servicio específico a la sociedad, a través de un conjunto de personas que se dedican a construir colectivamente un control sobre la profesión. Como factor integrador de una vida profesional, el valor añadido de la vocación puede traer determinadas ventajas, tales como: Vincular necesaria especialización profesional con la integración personal, recuperar significado de profesionalismo considerándolo como ejercicio de responsabilidad personal que el profesional puede aportar a una sociedad compleja, aumentar autoestima y confianza, transformar compromisos públicos, corregir concepto de éxito, reforzando aspectos cuantitativos y verticalistas, seguir haciéndolo mejor, vocación clarifica la motivación situándola en una perspectiva ética, de ahí que la radical ausencia de vocación tenga mucho que ver con la ausencia de sentido moral. El control y la evaluación se integran para optimizar el capital humano, a partir de un buen análisis de las falencias en la empresa se pueden tomar decisiones acertadas y encaminadas a sustituir una ética de sospecha por una ética de confianza.


Los principios básicos de acción rescatados por la sociedad y que son aplicados en modelos organizacionales representan el valor agregado de la empresa a partir de la gradualidad, la pluralidad, la complementariedad, la integralidad y la solidaridad.


La autorregulación en la dirección empresarial deberá atender a una serie de criterios que no son únicamente internos a la empresa, recurre a una conciencia profesional formada que se consigue teniendo voluntad de formación, teniendo voluntad de trabajar en equipo y voluntad de elaborar un marco de responsabilidad compartida. Estas exigencias garantizan que las normas disciplinarias de la empresa sean necesarias y suficientes para la revisión, mediación y actualización de la cultura empresarial como fin del patrimonio.


Como razón del nuevo concepto de empresa, Adela Cortina nos hace un análisis de la ética de las empresas como la búsqueda en la resolución de dilemas éticos que surgen durante el transcurso de su vida y proporciona los criterios para tomar las decisiones correctas en la organización. Como hemos venido observando en el transcurso de los capítulos anteriores, la ética erróneamente es considerada en un concepto de moda o elemento estratégico que adquiere la empresa para justificar su actuar, Adela Cortina estipula una nueva forma de orientar la actividad empresarial y el diseño de las instituciones con el fin de concretar ideas y establecer estrategias.


Como elemento característico de la asesoría ética, Adela Cortina parte del principio de la Universalización con un proceso procedimental, el cual nos indica cual es la manera racional para identificar aquellas reglas correctas y el observar la asesoría ética más como un proceso que como un producto o elemento básico, Con lo anteriormente mencionado se deriva la asesoría ético-empresarial como principal objetivo en la orientación, la resolución de conflictos y la acción empresarial. Existen tres niveles como saber especifico, el primer nivel se refiere a la aclaración de conceptos básicos de la racionalidad económico empresarial, aquí se busca aclarar el concepto de eficacia, costos, significado de la empresa y la responsabilidad empresarial. El segundo nivel establece la aportación de la ética a las condiciones necesarias para que podamos hablar de eficacia sin negar la justicia de las relaciones empresariales, se trata de una plasmación de las ideas anteriores en forma de normas, recomendaciones, valores, que definan el sentido y la finalidad de cada empresa particular, y por último, el nivel de aplicación de estas normas generales que definen a la empresa en el terreno particular y situacional de la toma de decisiones empresariales.


La empresa tiene que construir una identidad o personalidad propia que tenga coherencia entre las palabras (justificaciones) y los hechos (acciones). Para conseguir esta identidad es necesario poseer una filosofía empresarial, en el sentido de una autorreferencia reflexionada del papel de la empresa en su entorno social. Como componentes básicos se plasma la filosofía empresarial, la cultura empresarial y la política empresarial.


Finalmente, si se introduce un concepto de asesor ético, se debe establecer valores y normas que respondan a diferentes situaciones y faciliten en la toma decisiones unos pasos concisos de aplicar, el primer paso en la toma de decisiones consiste en la aclaración misma del problema con la presentación de los elementos sustanciales de la situación, la elaboración de alternativas, valoración y seguimiento de la situación. La asesoría ética directa puede ayudarse también de métodos cuantitativo que determinan las implicaciones éticas de una situación, son un instrumento anexo al servicio de la argumentación práctica.



Elaborado por: Leidy Fernanda Caro Romero



Bibliografía:


Cortina, A. (2008). Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial (8a ed.). Madrid: Editorial Trotta.















 
 
 

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